021 -  Grandes retratos - Eve Arnold - Marilyn Monroe (1960)

Retrato: “Descripción de la figura o carácter, o sea, de las cualidades físicas o morales de una persona”. Poca gente hay que no se haya retratado alguna vez. Todos tenemos cientos de fotos en las que el sujeto principal de la misma somos nosotros. Pero solo unas pocas fotos son realmente grandes retratos. ¿Qué es lo que determina que un retrato es realmente bueno?

Como todo en fotografía, no hay una norma escrita o una regla universal que determine como hacer un gran retrato. O mejor dicho. Sí que las hay pero no tienen porqué cumplirse. Si sigues las reglas de composición, expones correctamente, y el retratado colabora no cerrando los ojos y permaneciendo callado durante el disparo, tienes asegurado un buen retrato, pero nada más. Pero si lo que pretendes es hacer un gran retrato, una obra que se recuerde, (no hablo necesariamente de la gran masa, sino de una imagen que recuerde la gente que la haya visto), entonces nada de lo dicho tiene porqué funcionar. Incluso una foto mal expuesta puede ser un gran retrato. Lo siento, no hay reglas.

Pero en lo que sí suele coincidir la gente en cuanto a lo que tiene un gran retrato, es que, como dice la definición de retrato, no solo debe describir el físico del retratado, sino también su estado psicológico, la situación o su forma de ser. Hace poco hablaba acerca del retrato del Che Guevara tomada por Alberto Korda. Es un claro ejemplo de lo que hablo. Al fin y al cabo, se trata de una foto tomada con luz ambiente, técnicamente no es perfecta, pero sin duda es un retrato genial.

Lograr plasmar todo eso en una fotografía puede ser difícil. En el caso del Che, puede ser un ejemplo de retrato “cazado” sin una preparación. Pero hay otras formas:

La confianza, la empatía, la cercanía con el retratado, sin duda ayudan a crear la atmósfera que permitirá poner el ojo en el visor de la cámara y que la otra persona no cambie el gesto, no ponga la “cara de foto”, de lograr que el retratado muestre lo que hay detrás del rostro.

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Marilyn Monroe, por Eve Arnold (1960)

Personalmente, Eve Arnold es una de mis retratistas preferidas. Sus retratos no reflejan solo lo que vemos, sino que van más allá. Marilyn Monroe nunca fue más sensual que en sus fotos. Cuesta trabajo seleccionar una sola foto de todas las que tomó de la actriz. Selecciono un par de ellas. La que encabeza este artículo por ser de todas la más veráz, la que no solo muestra una Marilyn sensual y hermosa sino también frágil. Fue tomada en el set de rodaje de la película “The Misfits”, (Vidas rebeldes). Toda la serie es una auténtica delicia. La de encima de estas líneas por ser una de las más dulces y sensuales de todas.

En otras ocasiones, el personaje apenas deja margen para ganar su confianza. Puede ocurrir que la sesión de fotos solo dure unos minutos, con lo que establecer una “relación de confianza” con él puede ser casi imposible. Aún así hay grandes retratos como este de Winston Churchill tomado por Yousuf Karsh.

021 -  Grandes retratos - Yousoff Karsh - Winston Churchill (1941)
El león rugiente, por Yousuf Karsh (1941)

Si por algo se caracterizan los retratos de Karsh es por el cuidado trabajo de iluminación. Casi siempre son fotos de estudio y los sujetos colaboraban con el fotógrafo para lograr un trabajo óptimo. Sin embargo, en esta ocasión Karsh apenas tuvo un par de minutos con el Primer Ministro británico. La foto se toma a principios de la segunda guerra mundial; Churchill entró en la sala donde se llevaría a cabo la sesión bastante malhumorado. Según palabras del propio Karsh, se sintió como si fuera parte del ejercito alemán. El ceño fruncido de Churchill iba bastante con el ambiente bélico, pero el puro que estaba fumando Churchill rompía la escena. Ni corto ni perezoso, Karsh se dirigió a Churchill y le arrebató el puro. Churchill atónito frunció aún más si cabe el ceño. Karsh tomó la foto. Más adelante, Winston Churchill declararía sobre el fotógrafo que habría podido hacer posar a un león rugiente. Así fue como Karsh tituló la foto: “The roaring lion”.

021 -  Grandes retratos - Yousoff Karsh - Albert Einstein (1948) Alber Einstein, por Yousuf Karsh, (1948)

También de Karsh selecciono esta otra foto tomada en 1948. Se trata de uno de los retratos más reconocibles de Albert Einstein. Karsh presta especial atención no solo al rostro, sino también a las manos del retratado. De hecho en muchas ocasiones utiliza una iluminación aparte para las manos.

“Dentro de cada hombre y cada mujer hay escondido un secreto, y como fotógrafo es mi tarea revelarlo. La revelación, si se produce al fin, se producirá en una pequeña fracción de segundo, con un gesto inconsciente, un destello en los ojos, un breve levantamiento de la máscara que todo el mundo usa para ocultar su fuero interno del mundo. Esa fugaz oportunidad es en la que el fotógrafo tiene que actuar o perder su premio”.

La composición del retrato también habla mucho acerca del retratado. En esta genial fotografía de Arnold Newman del compositor y pianista Igor Stravinskys el piano tiene tanta importancia como el retratado. Las líneas simples y directas de la tapa del piano, de la pared del fondo y del soporte de la tapa ocupan prácticamente todo el encuadre, dejando al pianista casi en un segundo plano. Newman era de la opinión de que si no se conoce al retratado, la fotografía debe producir suficiente interés para querer conocerlo. Siguiendo esta máxima, Arnold Newman solía integrar el “decorado” en el propio retrato, de modo que los fondos, los ambientes hablasen tanto del sujeto de sus fotografías como ellos mismos. Curiosamente, aunque esta se ha convertido en la más famosa de sus fotografías, no fue seleccionada para su publicación por la revista que hizo el encargo.

021 -  Grandes retratos - Arnold Newman - Stravinsky (1946)
Igor Stravinsky, por Arnold Newman (1946)

Seguimos adelante con otro de esos retratos que han pasado a la iconografía popular. Puede que no sepas el autor, pero sin duda habrás visto el retrato en más de una ocasión. Se trata de “The afghan girl” de Steve McCurry, publicada en National Geographic en 1984. Es imposible ver la foto y no sentirse atraído por esa mirada, tan madura pese que solo tenía 12 años en el momento en que se hizo la fotografía. Se ha comparado esta foto con la Gioconda.

021 -  Grandes retratos - Steve McCurry - Afghan girl (1984)
The Afghan girl, por Steve McCurry, (1984)

Hay muchos buenos retratos, pero dejaré unos cuantos más para próximas ocasiones. Se me queda en el tintero imágenes de Kertesz, de Annie Leibovitz, de Cornell Capa… pero no quiero acabar sin mostrar otro retratista genial, por quien siento una admiración especial por los medios y condiciones en los que trabajó. Sus fotografías de los indios americanos han formado nuestra imagen de éstos, y pese a que su trabajo de documentación se desarrolló cuando las culturas indias ya estaban en un avanzado declive y en proceso de desaparición, han influido tanto en el cine y en la iconografía popular que podría decirse que imaginamos a los indios americanos como los imaginamos gracias a Edward Curtis. Con sus cámaras de placas y, literalmente, a lo largo de toda su vida, nos dejó unas imágenes únicas e irrepetibles.

021 -  Grandes retratos - Edward Curtis - Chief Joseph (1903)
Chief Joseph, por Edward Curtis (1903)

Quizá después de todo los “pieles rojas” estaban en lo cierto. Cuando te toman una fotografía te roban el alma. Bueno, es posible que no sea para tanto, pero de lo que sí estoy seguro es que un buen retrato muestra parte de lo que tienes en tu interior, que es lo más cerca que se puede estar de robarte el alma.

 

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