041 - Joel Brodsky - Jim Morrison - 1967

Jim Morrison, por Joel Brodsky (1967)

Hace un tiempo trataba el tema del retrato, algunas de sus claves y la dificultad de establecer unas pautas para hacer un gran retrato. Hoy vuelvo a la carga con más sobre el retrato, pero esta vez tomando la profesión del retratado como hilo conductor del artículo. Me centraré en el retrato de músicos.

Los músicos, como casi todos los artistas, han sido centro de atención de la mayor parte de los fotógrafos retratistas, quizá solo superados por los actores. Muchas de las grandes fotos de músicos se han convertido en portadas de discos, e incluso iconos mundialmente reconocibles, los nuevos símbolos que representarán la originalidad, la creatividad, la fuerza que arrastrará a una multitud.

Los iconos crean modas que influencian a la gente fuera del propio ámbito de la música. Tal es el caso de la imagen de Jim Morrison fotografiado por Joel Brodsky. Puede que no te guste su música o que ni si quiera conozcas una sola canción suya, pero sin duda en algún momento has visto esta foto. Brodsky ha realizado alrededor de 400 portadas de discos de diversos artistas influyendo profundamente en el sector. Y esta concretamente es mundialmente famosa; sin duda es la foto más icónica del cantante de los Doors. La fotografía en sí es relativamente simple. Pero es su irreverencia, presentando a Morrison con el torso desnudo, en pose semejante a un Cristo en la cruz con la mirada desafiante, lo que hace de la foto un poderoso icono representativo de su música y su personalidad arrolladora y excesiva.

041 - Harry Benson - Barbra Streisand - 1967
Barbra Streisand, por Harry Benson (1967)

Otro de los fotógrafos que siempre debe aparecer en este tipo de temática es Harry Benson, de quien hablé en relación a los Beatles. También suya es esta foto completamente distinta pero igualmente genial, a medio camino entre el retrato y la foto de situación. En principio podría parecer una foto sin demasiada gracia, pero tras un segundo vistazo, podemos ver la maestría del encuadre y la idea del mismo. Se trata de Barbra Streisand en un recital en un parque, donde la mirada del policía, de espaldas, fuera de foco pero en el centro de la fotografía, dirige la atención hacia el auténtico sujeto de la toma, la cantante en el escenario situada de acuerdo con la regla de los tercios.

041 - Harry Benson - The Who - 1980The Who, por Harry Benson (1980)

Benson se mueve con soltura tanto en las escenas relajadas como la anteriormente señalada como en los momentos más frenéticos. Buena prueba de ello es esta toma de un concierto de los Who. La imágen tomada desde el “backstage” permite encuadrar el escenario y el público de las primeras filas surgiendo de entre la niebla del cargado ambiente. La toma no pasaría de ser una buena foto de no ser por el momento preciso en que fue tomada, con el salto de Pete Townshend. Resulta extraordinaria la composición de la misma, con el haz de luz sobre el guitarrista en el momento del salto. Equilibrando la composición, el joven de la esquina inferior derecha de la imagen se convierte en el “representante” del público al ser su cara la más expuesta en la fotografía. Esto permite que la mirada se deslice desde Pete Townshend, el escenario y finalmente recale en ese joven. Pura poesía.

Si Benson se encuentra cerca de la idea del “momento decisivo” preconizado por Henry Cartier-Bresson, en el otro extremo se encontraría ese otro genio que es Richard Avedon. Se caracterizan sus retratos por ese fondo blanco sobre el que destacan los personajes. Su técnica para lograr captar el alma del retratado es bien distinta. Él no convive con sus objetivos, sino que los fuerza en largas sesiones fotográficas, a veces de varias horas, al final de las cuales no hay máscara que resista. rescato esta foto de Tina Turner, plena de energía intensificada con ese leve desenfoque, con el pelo revuelto, dando movimiento a su cabeza.

041 - Avedon - Tina Turner - 1971
Tina Turner, por Richard Avedon (1971)

Avedon retrató a muchos músicos y cantantes: Janis Joplin, Simon & Garfunkel, Bob Dylan… Pero éste es el que más me gusta, o al menos el que más me impacta. En la foto no solo reconozco el físico de Tina Turner, sino también la fuerza y la vitalidad que siempre ha destilado. Sin embargo, como retratista me gusta más Annie Leibovitz, galardonada recientemente con el Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, quien nos legó esta imagen, icónica también, del cantante Iggy Pop. Es sin duda una imagen cruda, como el propio personaje.

Annie Leibovitz
Iggy Pop, Miami, Florida, 2000

Iggy Pop, por Annie Leibovitz (2000)

Se une además que durante mucho tiempo, alrededor de 10 años, fue fotógrafa jefe de la revista “Rolling Stone”, para que realizó hasta 142 cubiertas. Por tanto todos los músicos que fueron alguien durante las décadas de los 70 y los 80 posó ante su cámara. Algunos de sus trabajos más memorables se pueden encontrar en esta página que selecciona 12 retratos (de todo tipo) que marcaron un hito. Yo por mi parte me quedo con este de Mick Jagger, descarado, en lo que parece ser un ascensor.

041 - Annie Leibovitz - Mick Jagegr - 1975
Mick Jagger, por Annie Leibovitz (1975)

Cabe destacar que Leibovitz es la autora del famoso retrato de John Lennon desnudo abrazando en el suelo a Yoko Ono completamente vestida, realizado en diciembre de 1980. La revista “Rolling Stone” le encargó un retrato de Lennon pero no les hizo gracia que en la foto saliera su controvertida mujer. Desgraciadamente, apenas unas horas después de la sesión de fotos, John Lennon era asesinado a pocos pasos de la puerta de su casa. Finalmente la revista publicó la foto en enero de 1981 en portada y sin ningún titular.

041 - Annie Leibovitz - Lennon y Ono - 1980
John Lennon y Yoko Ono, por Annie Leibovitz (1980)

Para terminar con Leibovitz no puedo dejar de añadir aquí este retrato fantástico de Willie Nelson. En él me llama poderosamente la atención como la posición de Nelson, totalmente de perfil, sin respetar el espacio negativo en la mirada, esto es, sin dejar espacio libre en el lado de la mirada del sujeto, centrando absolutamente la atención en su melena. De hecho, el rostro de Willie Nelson queda casi en penumbra, obligando al espectador a esforzarse por ver su cara.

041 - Annie Leibovitz - Willie Nelson - 2001
Willie Nelson, por Annie Leibovitz (2001)

Pero si de retratos curiosos y llamativos hablamos, debemos echar un vistazo al trabajo de Philippe Halsman. Se trata de un fotógrafo casi surrealista, (no en vano retrató en diversas ocasiones a Dalí), cuya técnica de retrato incluía la toma de fotografías desde ángulos picados, a través de peceras y sobre todo, haciendo que sus retratados brincasen para tomar la fotografía en el aire, en lo que se llamó «jumping style» o «jumpology». Sus retratos de Louis Armstrong son de nuevo verdaderos iconos.

041 - Louis Armstrong - Philippe Halsman - 1966
Louis Armstrong, por Philippe Halsman (1966)

Estoy llegando al final y no puedo dejar de añadir una nueva imagen de Yousuf Karsh, retratista como pocos. He encontrado este retrato de Pau Casals. Hace poco hablaba de lo atractivos que resultan este tipo de retratos en los que se fotografía al personaje de espaldas. En este caso la luz juega un papel fundamental para transmitir sensaciones, de modo que nos parece oir el sonido del cello. Curiosamente, el propio Yousuf Karsh contaba una anécdota acerca de esta foto:

041 - Yousuf Karsh - Pablo Casals - 1954
Pau Casals, por Yousuf Karsh (1954)

“En la Abadía de Cuxa en Prades, pasé varias horas gloriosas con el maestro del violonchelo. Nuestra relación fue instantánea – confió en mí para llevar su preciado instrumento. Me conmovió tanto escucharle interpretar a Bach que no podía, en algunos momentos atender a la fotografía. Nunca he fotografiado a nadie, ni antes ni después, de espaldas a la cámara, pero me pareció justo. Para mí, la habitación desnuda transmite la soledad del artista, en el pináculo de su arte, y también la soledad del exilio. Años más tarde, cuando este retrato estaba en exhibición en el Museo de Bellas Artes de Boston, me dijeron que un señor mayor venía y permanecía de pie delante de él durante muchos minutos cada día. Una vez, el comisario lleno de curiosidad se aventuró a preguntar con cautela: Señor, ¿por qué estáis cada día enfrente de este retrato? Se encontró con una mirada fulminante que le reprendía: «Calle, joven, silencio. ¿No ve que estoy escuchando la música?”

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